Otro de mis grandes viajes para descubrir el mundo y pintar. Esta vez al increíble Oporto.
Pero no estoy solo en este viaje, voy acompañado de unos amigos, también pintores, con quien tengo un grupo llamado Los Pintores Viajeros.
Pasamos unos días visitando la ciudad, empapándonos de cada rincón, de cada paisaje y tomando apuntes en sus calles.
Este cuadro nace de ese viaje: Oporto.
Unas par de curiosidades de Oporto:
Muchos opinan que Lisboa supo adaptarse al paso de los tiempos, mientras que Oporto quedó anclada en el pasado. Pero esa es justamente su grandeza: su decadencia es lo que hace que sea tan bonita.
Además, en Oporto se puede navegar por el río Duero a bordo de un rabelo, el barco tradicional que antaño servía para transportar la uva hasta las bodegas, muy parecido al que vemos en este cuadro.
Actualmente este cuadro forma parte de una colección particular, de un coleccionista de arte.